El trazo sexual de Guillem March

Como se acerca la reseña de Works, de Guillem March, aprovecho para reciclar unos post de mi antiguo blog para actualizar información de éste.

A raíz de un comentario de JQ, El Cisne Negro, me he inclinado por hacer una pequeña semblanza sobre el trazo de dibujo de Guillem March, dentro de su obra Sofía, Ana y Victoria, último álbum de este autor balear que ha editado Diábolo Ediciones.

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La portada del cómic es de una elegancia exquisita. Es el trazo ya elegante y acabado, sexual y cálido, turgente y de síntesis. A primera vista nos enamoramos por la candidez de vida, juventud aniñada. Una joven sentada con trazos largos y generosos, un trazo forma de saber lo que se hace: tinta que moldea un ánfora hembra.

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La portada que sirve de pórtico a Sofía, es de una belleza lenta y honda, el alma del personaje está en equilibrio con trazo de una sóla línea. Aquí no hay líneas secundarias ni líneas de apuntalamiento del solar: sólo es decisión, movimiento y carnalidad humana, pero de gente normal, como tú o como yo.

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La historia Sofía es de un trazo más presuroso, compulsivo, donde lo importante es narrar, donde lo plástico impera sobre la elegancia. Pero en este trazo no hay duda, sólo salto al vacío.

La portada de Ana, la segunda historia, es bipolar: porque en rigor son dos dibujos y porque son dos formas de interpretar la tristeza y la soledad.

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Ana efímera y evanescente, de trazos vaporosos y transparentes que en la retina del lector se refleja como un suspiro. Trazo que hiende el papel y respira finísimo. Estamos en un juego de espejos: Ana que parece que se mira en un espejo que se refleja en nuestra pupila que proyecta la imagen en nuestra mente. Una ley física/poética de vasos comunicantes.

Damos la vuelta a la portada y nos encontramos con el escorzo violentado de Ana.

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Tenemos un trazo más austero en sus cabellos flameantes, más económicos pero más líricos y difíciles de conjugar. Después está el trazo húmedo de la camisa destrozada. Luego el trazo denso de las piernas y culo, la meticulosidad del nudo de los cordones, y, finalmente, manchas de tinta en el suelo de arena negra, sucia y arisca como lo que se cuenta en la historia del personaje.

El dibujo de la historia de Ana es limpio, terso y suave como un mes de septiembre.

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En esta historia, Guillem, ha optado por una línea flexible pero rotunda, una narración elástica como el tipo de historia que nos habla: un thriller de verano de playa. Tema inhóspito en el cómic.

La portada de la historia Victoria es de diseño, pero no despectivamente, sino de diseño artístico, diríamos, diseño que narra.

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Aquí el trazo es hiperrealista, glamoursoso, más objetivo que nunca, pero también más orgánico, en el sentido de que la composición narrativa del dibujo está más elaborada y, por consiguiente, más compleja. Como dijimos, trazo orgánico, si se me permite.

El trazo de la comedia romántica Victoria es seguro, perfecto, leve cuando se requiere.

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Las curvas del trazo son elegantísimas y lentas, de autor consagrado. Guillem virtualiza el pincel con un trazo de estilo.

Casi al final, la portada de Ángela,

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el último suspiro del libro, la coda carnal de su trazo. Aparece la carnalidad de la mancha, del trazo grueso, confiado. Un trazo con mirada picante.

Y finalmente, la sonrisa en los labios, la historia de Ángela:

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cuatro páginas de trazo elástico y sexual.

El minino Fritz, mi alter ego Yorkshire enviame_un_email.gif

Published in: on noviembre 6, 2006 at 5:20 pm  Comments (5)  
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Guillem March, nuevo descubrimiento

Ya que hace poco que he terminado Works, el recopilatorio de Guillem que ha sacado la Editorial Dolmen (¡Guillem, vaya cómo te miman estos tipos! La verdad que se merecen un diez), me he decidido a reciclar reseñas de mi antiguo blog para mostrar lo bueno de este artista mallorquín.

guillem_victoria.jpgHace unos días leí Sofía, Ana y Victoria de Guillem March y me deparó una maravillosa sorpresa. Después de haber leído algunas lecturas marvel y dejarme bajo el sopor y abulia de sus historias, me dispuse con desgana a leer un cómic de un autor español. En el instante de leer la primera página del álbum, ya me quedé prendado por su frescura: una narración ágil y sin alharacas en donde prima lo esencial. Guillem March es un autor sincero y que no quiere engañar. Es un autor de raza donde los subterfigios narrativos y los dibujos de cara a la galería rayan por su ausencia. Aquí no hay poses, aunque haya tías y tíos buenorras/os a tutiplén. ¡Qué injustos somos los lectores de comics!… ¿Por qué no leemos lo nuestro? Mejor aún… ¿por qué no leemos a autores independientes con su obra? Estamos hartos de aguantar las mismas pamplinas de editorial pertinente porque tal cosa no va con la continuidad del personaje o que no es lícito para la industria o qué sé yo… Cuando leemos a Marvel o DC nos entra un alienamiento encima que uno no puede salirse, está enganchado. ¡Señores, que narran casi de la misma manera y encima tienen los mismos entintadores en varias colecciones! De un tiempo acá nada más veo lo mismo: los mismos dibujos, colores e historias de siempre.

Publicado por Diábolo Ediciones, Sofía, Ana y Victoria narra trozos de vida de cuatro personajes femeninos. La primera historia, titulada Sofía, nos encontramos con una joven insegura y autodestructiva que ha sido dejada por su novio. Estupendo análisis de la psique de la joven pero que puede resultar demasiado discursivo en ocasiones. Esto no quiere decir que sea un defecto en ciernes, sino que Guillem March reflexiona hasta la extenuación el eterno debate entre los sentimientos y la razón. Se le nota que aquí está experimentando con el guión y no le da ningún prurito mostrarnos todos los pensamientos de la protagonista. Lo que sí peca en algún lugar de esta historia es de verosimilitud: cuando le roban el bolso a la protagonista y la consiguiente reacción de Sofía.

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La segunda historia, Ana, es un paso adelante. Guillem nos brinda un thriller amoroso en un lugar de playa. La Beautiful People en todo su esplendor, gente joven viviendo el presente. La narración en esta historia es ya poderosísima y los personajes están perfectamente acabados. El personaje de Ana está mostrado con maestría: la joven es la típica devorahombres que no asume las derrotas.

En la tercera historia, Victoria, Guillem March da un salto de calidad soberbio. La narración es deslumbrante, el dibujo fascinante y la historia es de comedia romántica pero de las buenas. Imprescindible. Es en esta historia en donde Guillem se hace mayor. Particularmente me gusta este tipo de historias porque, aparentemente, no pasa nada. Creo que este es el camino. Aquí, donde no importa quién o dónde. Me encanta. La última historia, inédita, se titula Ángela, funciona como una coda o epílogo para todo el libro y te deja con una sonrisa en los labios.

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Guillem March es una apuesta segura, por supuesto, pata negra de 5 jotas.

Ya soy un fan incondicional. Podéis ver su página web en esta dirección: http://guillemmarch.blogspot.com/

El minino Fritz, mi alter egoYorkshire josemaria@edlimitada.com

Published in: on noviembre 5, 2006 at 8:35 pm  Comments (9)  
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